Un accidente en el taller apartó a Cid de sus dirigibles... pero sólo el tiempo que le llevó diseñar y construir con ayuda de su médico una prótesis para poder seguir al frente de su taller. Cuando 3 años antes Nutz llegó a su puerta, él se encargó de darle un nombre, una vocación y una familia sin hacer preguntas. Adicto a su trabajo, es una persona práctica y perfeccionista.

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